jueves, 24 de febrero de 2011

La máquina ‘quitaarsénico’

Fuentepiñel ha instalado un filtro especial, de arenas con hidróxido férrico granular, que ha hecho desaparecer la contaminación del agua; “de 13 microgramos por litro a 0,0”.


El alcalde de Fuentepiñel, Jorge Barrio, con el filtro instalado en el depósito de agua de la localidad./ Guillermo Herrero

A mediados del pasado mes de noviembre, el análisis del agua realizado en Fuentepiñel ofreció un dato no deseado por los vecinos: 13 microgramos de arsénico por litro. El contraanálisis, hecho a primeros de diciembre, corroboró la contaminación. De nuevo, 13.
Así que el alcalde de Fuentepiñel, Jorge Barrio (PP), se vio obligado a declarar el agua como “no apta para el consumo” y firmar un bando al respecto, que luego se colocó en los lugares de costumbre de este pueblo con 120 empadronados, la mitad de los cuales no vive allí en invierno.
“Aunque lo normal en estos casos es dar botellas, como nosotros estábamos pendientes de que nos instalaran un filtro, pedí al vecindario que compraran el agua, y aceptaron de buen grado”, recuerda ahora el regidor.
Lo cierto es que el Ayuntamiento, en vista que el nivel de arsénico rozaba desde hacía tiempo el autorizado, quiso ser previsor y solicitó una subvención para colocar un filtro, entendiendo que este sistema “era la única solución si finalmente superábamos los 10 microgramos por litro”, justifica Barrio.
“Por fortuna”, continúa el regidor, la ayuda fue concedida y, precisamente cuando la máquina potabilizadora iba a instalarse Fuentepiñel entró a formar parte de la nómina de pueblos cuyos vecinos no pueden beber agua del grifo.
El filtro de Fuentepiñel, adquirido a la multinacional Culligan, ha tenido un coste de 40.710 euros, de los que el Ayuntamiento ha aportado 11.460. El resto lo han abonado Junta (19.500) y Diputación de Segovia (9.750).
Aunque el pueblo se ha tirado mes y medio sin agua potable —desde el 12 de diciembre al 27 de enero— sus vecinos “no se han molestado”, según asegura el alcalde, que espera que ahora, con el filtro, el arsénico sea “agua pasada”. Las últimas muestras indican que el arsénico ha desaparecido. “Los análisis no ofrecen duda: 0,0 de arsénico”, dice y reitera Barrio.
“La decisión de poner un filtro ha sido buena. Este problema, por lo que dicen los técnicos, va a ir a más, y tarde o temprano al Ayuntamiento le iba a tocar afrontar el asunto, así que cuanto antes mejor”, dice, a modo de balance, Barrio.


Fuente: eladelantado.com

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