jueves, 17 de abril de 2008

Grande de Espíritu

"Librada miró por el rabillo del ojo a su marido, se le veía cansado, quizás porque había tenido que lidiar toda la mañana con una vaca enferma. -Juanito vete a la cama mientras recojo la mesa, yo voy pronto no tardo mucho-. 
Habían estado cenando, el día como de costumbre había sido un sin parar. Mientras recogía, vino a su memoria aquel recuerdo de niña, aquel dulce recuerdo que nunca había podido borrar de su mente, recordó cuando trillaba, como tenían que dejar la faena para que los potrillos pudieran mamar..., ¡qué entrañable!, como hubiese querido tener una cámara de fotos para inmortalizar ese momento y así disfrutar cada vez que le apeteciera.
Tendría 6 años era época de escuela, época de una España convulsa donde los niños en el cole iban por un lado y las niñas por otro. Parece que fue ayer cuando conoció a su marido, las primeras palabras, los primeros guiños, dio paso al amor, el matrimonio, los niños, la familia, mucho trabajo para sacar todo adelante, ha salido bien… Dios ha metido su mano, siempre ha estado con ellos…, y es precisamente Dios quien le dio fortaleza para ganarle la partida a esa enfermedad con nombre de zodiaco, que más que enfermedad parece la peste. Se ríe, esta recordando las palabras que le dijo a los médicos en la sala de operaciones: "haber por donde cortáis, están todos los santos vigilando". Solo Dios y el amor de su familia ha podido darle esa serenidad para afrontar tan duro momento…, en ningún instante perdió la calma, siempre sintió en lo más profundo de su corazón que todo saldría bien.
No sabía que tiempo había estado con aquellos recuerdos, ni por qué, quizás sea la primavera…, se dio prisa, Juanito ya estaría durmiendo. Camino de la habitación ve que su marido se ha quedado dormido en el sofá, le despierta dulcemente y le dice: "vamos a la cama que te has quedado dormido". Si, si ve tú, ya voy,le contesta Juanito.
Librada sube lentamente las escaleras, el cansancio también lo siente en sus carnes. Mañana será un día de mucho trabajo: las gallinas, manualidades en la escuela con alguna de las mujeres del pueblo, ah si!!! y Juanito, quiere que le ayude con una vaca, seguro que perderé toda la mañana, siempre me hace lo mismo, me tiene mucho rato hasta que le ayudo en lo que quiere.
Comienza a desnudar su menudo cuerpo, el sueño se apodera poco a poco de ella…, sin embargo antes de que sea presa de Morfeo y entre oraciones, tiene un último pensamiento, un último recuerdo, esboza una sonrisa, esta pensando en sus hijas…, su mayor triunfo."

Con este relato he querido condensar una vida y también la cotidianidad de una mujer de nuestro pueblo y en nuestro pueblo, una mujer que no necesita presentación, sabido es por todos de la generosidad de sus actos, de su disposición abrumadora para tender una mano a quien pueda necesitarlo.
Librada Barrio Lázaro Fuentepiñelana de rompe y rasga, ciudadana ejemplar, chocolatera oficial en las fiestas hasta el año pasado. Hablando sobre este tema asegura que lo ha dejado definitivamente que este año nada, con tanta determinación que verdaderamente me sorprendió, solía confundir la generosidad con complacer a todos y Librada me sacó de ese error, tiene mucho carácter, sabe como decir no.
En el transcurso de la conversación, surge el tema de tender una mano cuando se necesita, de esa cercanía con Dios, dice que es de pura vocación que le sale del alma, que no le cuesta nada ayudar siempre que puede. De niña oyó decir unas palabras: "¿manos que no dais que esperáis?", y ha sido siempre fuente de inspiración para ella.
Llegado el punto de preguntarle sobre Fuentepiñel, que representa para ella, dirige la mirada de un lado a otro, hacia arriba, hacia abajo…, no encuentra palabras, solo logra decir…, todo, y evoca aquel emotivo día de Agosto cuando le otorgaron una placa como socia más destacada. Dice que fue una sorpresa tan grande que no se lo esperaba…, ¡su pueblo, su querido pueblo le otorgaba un reconocimiento!, es indescriptible su sentimiento, y muy orgullosa nos muestra su placa.
Librada es una de esas personas que hacen que los problemas no sean problemas, y si lo son busca soluciones, y si no tiene solución pasa página, a por otra cosa, vive la vida con ánimo, con dignidad, pese a los duros momentos que ha tenido que pasar a lo largo de su existencia..., eso señores solo tiene un nombre, y el nombre para estas personas que nos hacen sentir que los problemas no son tales es "grande de espíritu", Librada es inmensa en espiritualidad.
Agradezco enormemente esta entrevista, he disfrutado a tope mojando entre recuerdo y recuerdo unas ricas magdalenas preparadas por tan prodigiosas manos. He disfrutado con el paseo para ver las gallinas, las vacas y también la iglesia.
Gracias pequeña Librada…, gracias "grande de espíritu".

Fotos en el Archivo Fotográfico.


Próxima entrevista en "Nuestras Gentes": Telésforo Hernando Navajo.