Foto: Javi Arranz.
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A medida que vamos conociendo
y adentrándonos en la historia, cuando conocemos más sobre ciertos personajes
que han influido en el devenir de nuestros pueblos, nuestra visión sobre esos lugares
“cambia”.
Después de escribir el libro
y haber conocido un poco más la vida de grandes personajes de la historia, sobre
todo de aquellos que tienen que ver de alguna forma con nuestro pueblo, me gusta volver a
recorrer esas localidades para pasear con tranquilidad por sus calles, por sus
lugares emblemáticos, pues ahora veo en ellas cosas que antes no veía.
Disfruto no solo de lo que se
ofrece como atractivo turístico sino también de esa historia que nos ha hecho
lo que somos y que muchas veces se queda en la parte de atrás…, la historia no
suele ser un reclamo turístico.
Una de esas localidades a las
que he vuelto es Peñafiel. A pesar de haberla visitado en varias ocasiones,
incluso en fiestas, he querido darme un paseo y contemplarla de otra manera,
interesándome por uno de sus personajes más insignes, una persona que influyó
en tierras de Fuentidueña y por ende en Fuentepiñel, ese personaje no puede ser
otro más que: don Juan Manuel.
En el año 1013 el conde
Sancho García, bisnieto de Fernán González, arrebata definitivamente Penna
Fidele a los moros, y clavando una lanza en la cima pronuncia estas palabras: “Desde hoy, ésta será la peña más fiel de
Castilla”. Esta trascendental frase figura en el escudo de la villa.
No sería hasta la llegada de
don Juan Manuel, trescientos años después, cuando Peñafiel cobre su mayor
esplendor.
Intentaré no adentrarme en la
vida como escritor de este ilustre personaje, solo me centraré en su influencia
como señor de Peñafiel, pero me resulta irresistible no decir que una de sus
obras más importantes “El conde lucanor” ha servido de inspiración para muchos
grandes de la literatura como Miguel de Cervantes o el mismísimo William
Shakespeare.
Don Juan Manuel, fue sobrino de Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Detentó entre otros títulos el de duque y príncipe de Villena, señor de Escalona, Peñafiel y Cuéllar. Fue uno de los hombres más ricos y poderosos de su época. Se podía permitir mantener un ejército de más de mil hombres a caballo, logrando además algo que solo estaba reservado a los reyes: acuñar su propia moneda.
Don Juan Manuel. |
Rui González se encontraba
muy agradecido por tal hecho, tanto que permitió que el ejército aragonés a su paso
hacia Peñafiel, donde residía don Juan Manuel, arrasara tierras de Fuentidueña
de donde Rui era señor.
Don Juan se había
enemistado con Alfonso XI, ya que este había despreciado a su hija Constanza a
la que mantenía recluida en el castillo de Toro. Don Juan Manuel solicitó en
varias ocasiones le entregará a Constanza a lo que Alfonso XI se negó. Enfurecido
el infante don Juan Manuel, pidió ayuda a su suegro Jaime II de Aragón para invadir
Castilla, y este accediendo convenientemente a su petición, envío un ejército
que causó mucho daño en tierras de Fuentidueña. El daño a tierras del alfoz de
Fuentidueña quizás se pudo minimizar, pero quien debía defender, Rui González
de Castañeda, estaba del lado de don Juan Manuel.
Volvieron las buenas
relaciones entre Alfonso XI y el príncipe de Villena, don Juan Manuel, entonces
el rey entrega Fuentidueña a su hijo Tello, nacido de las relaciones con su
amante Leonor de Guzmán. Poco caso le haría don Tello a Fuentidueña, no era más
que un veleta. Unas veces se ponía del lado de su hermano Enrique, que llegaría
a ser coronado como Enrique II, el primero de la dinastía Trastámara, y otras
veces se ponía del lado de su hermanastro Pedro I de Castilla, rey legitimo.
Según los historiadores era una persona repulsiva y retorcida en su
personalidad. Utilizó Fuentidueña para hacerle la guerra a su hermanastro Pedro…,
eso cuando no estaba en su bando. Al enterarse Pedro pudo reducir fácilmente la
resistencia de Fuentidueña incautando los bienes de Tello en esas tierras,
produciendo mucha incertidumbre y desasosiego en toda la población del alfoz,
entre ellos Fuentepiñel, mientras don Tello permanecía en sus señorío de
Vizcaya dejando a los de Fuentidueña abandonados a su suerte.
Enrique II, hermano de don Tello, se casó con una hija de don Juan
Manuel, Juana Manuel, descendiente de la casa de Lara, de allí que la villa de
Peñafiel pasará a la casa real.
Tumba de Blanca I de Navarra: Sta. Mª la Real de Nieva. |
Un descendiente de don Juan
Manuel, Juan, sobrino de Enrique III, que heredó la villa de su padre, Fernando de Antequera, residió
también en Peñafiel, cuando estuvo casado con la reina Blanca de
Navarra, que fue devota de Santa Brígida de Irlanda en Olite, según documentación
que se conserva en la actualidad. Doña Blanca de Navarra, al igual que todos
los ilustres residentes a lo largo de siglos en Peñafiel “debían” atravesar en algún
momento, dependiendo desde donde vinieran, el camino real que pasa por
Fuentepiñel, donde a un lado del camino existe una ermita dedicada a la misma
santa de la que doña Blanca era devota.
Iglesia de San Pablo. Foto: J. Arranz. |
Don Juan Manuel era ferviente seguidor de Santo
Domingo de Guzmán y de la Orden de dominicos. Construyó el convento de San
Pablo bajo la advocación de la Orden de Predicadores, pero su devoción unida a
su gran poder fue más allá, el príncipe de Villena trasladó los restos de la
Beata Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán hasta Peñafiel, allí
reposan junto a los suyos.
Quizás sea uno de los valores
histórico y religioso que menos se conozca de Peñafiel, y cosas del destino, lo
que le dio la fama a la Beata Juana de Aza es lo mismo que ahora le quita ese
protagonismo: el vino.
Cuenta la tradición que doña
Juana muy dada a ayudar a las gentes de su señorío en tierras de Caleruega,
encontrándose su marido ausente por estar en la guerra, vació todas las cubas
de vino de la bodega familiar para dárselo a los pobres. Cuando su marido
volvió de la guerra ella rezó a Dios y las cubas aparecieron llenas de nuevo…,
son ahora esas cubas llenas de ricos caldos, uno de los mayores reclamos
turísticos de Peñafiel, lo que hace que pocos sepan que los restos de la Beata Juana
de Aza, madre de uno de los santos más relevantes del cristianismo descansan en
“la peña más fiel”.
En muchos de estos hechos
tuvieron participación los Contreras, como descendientes también de la casa de
Lara, seguidores de la Orden de dominicos como pocos, además de ser parientes
de Santo Domingo de Guzmán. Fue en su casa donde residió el santo cuando visitó
Segovia. Los Contreras de Fuentepiñel dejaron en la iglesia del pueblo constancia
de esa devoción a los dominicos, con imágenes en su altar mayor de los santos
más importantes de su Orden y mucho de sus símbolos.
Os recomiendo la próxima vez que visitéis Peñafiel
que os dejéis llevar por su historia.
En la iglesia de San Pablo podremos ver
el sepulcro de don Juan Manuel, personaje muy ligado a los destinos de Fuentidueña…,
los restos de la Beata Juana de Aza, quien fuera madre de Santo Domingo de
Guzmán, pariente de los Contreras, enterrada a solo 30 kilómetros de
distancia del pueblo, por donde seguramente pasaron muchos de los peregrinos
cuando se dirigían a Peñafiel para visitar
el sepulcro de la santa como se hacía hace siglos.
Perderos por sus calles, pensando, que allí residió
la reina Blanca de Navarra devota de Santa Brígida de Irlanda, una santa poco
conocida y que aun se venera en Fuentepiñel al igual que lo hacen en Olite…, quizás veamos alguna inscripción
como la de la foto y sepamos al leerla, que allí nació Carlos de Viana, aunque
se crío en Olite, que era hijo de doña Blanca y de quien llegaría a ser Juan II
de Aragón, padre de Fernando el Católico…, pensemos que estas grandes
personalidades de la historia pasaron por nuestro pueblo en su camino hacia
Peñafiel.
Quizás en vuestra imaginación
podáis oír por sus calles el paso de los caballos de los señores llegando a sus
hogares, esas casas hidalgas que aun se conservan y de las que muchas veces
ni nos fijamos…, callejeando mientras evocamos tiempos pasados, quizás también
nos topemos con una inscripción sobre los hombres de Peñafiel que participaron
en la conquista de Perú en el siglo XVI, años en que el suegro de “nuestro”
Rodrigo de Contreras y de la Hoz, y el propio Rodrigo, gobernaban esas tierras..., nos sorprenderá la historia tan cercana de Peñafiel y Fuentepiñel.
Agradezco la colaboración de Inés de la oficina de turismo de Peñafiel por la información aportada.
Nota: La visita continuo a Cogeces del Monte, pero por su interés he decidido publicarla en una entrada individual. Informaros que se retoma la sección "Nuestras Gentes", donde lo dejamos la última vez, con la prometida entrevista a Candido Nuñez. Continuaremos con la misma dinámica, anunciando quien será el próximo entrevistado.
1 comentario:
Me ha encantado prima... Deseando estoy de volver a Peñafiel :)
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