jueves, 11 de junio de 2015

“Desde hoy, ésta será la peña más fiel de Castilla”.

Foto: Javi Arranz.
A medida que vamos conociendo y adentrándonos en la historia, cuando conocemos más sobre ciertos personajes que han influido en el devenir de nuestros pueblos, nuestra visión sobre esos lugares “cambia”.
Después de escribir el libro y haber conocido un poco más la vida de grandes personajes de la historia, sobre todo de aquellos que tienen que ver de alguna forma con nuestro pueblo, me gusta volver a recorrer esas localidades para pasear con tranquilidad por sus calles, por sus lugares emblemáticos, pues ahora veo en ellas cosas que antes no veía.
Disfruto no solo de lo que se ofrece como atractivo turístico sino también de esa historia que nos ha hecho lo que somos y que muchas veces se queda en la parte de atrás…, la historia no suele ser un reclamo turístico.
Una de esas localidades a las que he vuelto es Peñafiel. A pesar de haberla visitado en varias ocasiones, incluso en fiestas, he querido darme un paseo y contemplarla de otra manera, interesándome por uno de sus personajes más insignes, una persona que influyó en tierras de Fuentidueña y por ende en Fuentepiñel, ese personaje no puede ser otro más que: don Juan Manuel. 

En el año 1013 el conde Sancho García, bisnieto de Fernán González, arrebata definitivamente Penna Fidele a los moros, y clavando una lanza en la cima pronuncia estas palabras: “Desde hoy, ésta será la peña más fiel de Castilla”. Esta trascendental frase figura en el escudo de la villa.
No sería hasta la llegada de don Juan Manuel, trescientos años después, cuando Peñafiel cobre su mayor esplendor.

Intentaré no adentrarme en la vida como escritor de este ilustre personaje, solo me centraré en su influencia como señor de Peñafiel, pero me resulta irresistible no decir que una de sus obras más importantes “El conde lucanor” ha servido de inspiración para muchos grandes de la literatura como Miguel de Cervantes o el mismísimo William Shakespeare.

Don Juan Manuel, fue sobrino de Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Detentó entre otros títulos el de duque y príncipe de Villena, señor de Escalona, Peñafiel y Cuéllar. Fue uno de los hombres más ricos y poderosos de su época. Se podía permitir mantener un ejército de más de mil hombres a caballo, logrando además algo que solo estaba reservado a los reyes: acuñar su propia moneda.
Don Juan Manuel.
Tal era el poder de don Juan Manuel, regente y tutor de Alfonso XI, que entregó al integrante de la nobleza, Rui González de Castañeda, la villa de Fuentidueña y los pueblos de su alfoz, entre ellos Fuentepiñel.
Rui González se encontraba muy agradecido por tal hecho, tanto que permitió que el ejército aragonés a su paso hacia Peñafiel, donde residía don Juan Manuel, arrasara tierras de Fuentidueña de donde Rui era señor.
Don Juan se había enemistado con Alfonso XI, ya que este había despreciado a su hija Constanza a la que mantenía recluida en el castillo de Toro. Don Juan Manuel solicitó en varias ocasiones le entregará a Constanza a lo que Alfonso XI se negó. Enfurecido el infante don Juan Manuel, pidió ayuda a su suegro Jaime II de Aragón para invadir Castilla, y este accediendo convenientemente a su petición, envío un ejército que causó mucho daño en tierras de Fuentidueña. El daño a tierras del alfoz de Fuentidueña quizás se pudo minimizar, pero quien debía defender, Rui González de Castañeda, estaba del lado de don Juan Manuel.
Volvieron las buenas relaciones entre Alfonso XI y el príncipe de Villena, don Juan Manuel, entonces el rey entrega Fuentidueña a su hijo Tello, nacido de las relaciones con su amante Leonor de Guzmán. Poco caso le haría don Tello a Fuentidueña, no era más que un veleta. Unas veces se ponía del lado de su hermano Enrique, que llegaría a ser coronado como Enrique II, el primero de la dinastía Trastámara, y otras veces se ponía del lado de su hermanastro Pedro I de Castilla, rey legitimo. Según los historiadores era una persona repulsiva y retorcida en su personalidad. Utilizó Fuentidueña para hacerle la guerra a su hermanastro Pedro…, eso cuando no estaba en su bando. Al enterarse Pedro pudo reducir fácilmente la resistencia de Fuentidueña incautando los bienes de Tello en esas tierras, produciendo mucha incertidumbre y desasosiego en toda la población del alfoz, entre ellos Fuentepiñel, mientras don Tello permanecía en sus señorío de Vizcaya dejando a los de Fuentidueña abandonados a su suerte.
Enrique II, hermano de don Tello, se casó con una hija de don Juan Manuel, Juana Manuel, descendiente de la casa de Lara, de allí que la villa de Peñafiel pasará a la casa real.

Tumba de Blanca I de Navarra: Sta. Mª la Real de Nieva.
Un descendiente de don Juan Manuel, Juan, sobrino de Enrique III, que heredó la villa de su padre, Fernando de Antequera, residió también en Peñafiel, cuando estuvo casado con la reina Blanca de Navarra, que fue devota de Santa Brígida de Irlanda en Olite, según documentación que se conserva en la actualidad. Doña Blanca de Navarra, al igual que todos los ilustres residentes a lo largo de siglos en Peñafiel “debían” atravesar en algún momento, dependiendo desde donde vinieran, el camino real que pasa por Fuentepiñel, donde a un lado del camino existe una ermita dedicada a la misma santa de la que doña Blanca era devota.
Iglesia de San Pablo. Foto: J. Arranz.
Don Juan Manuel era ferviente seguidor de Santo Domingo de Guzmán y de la Orden de dominicos. Construyó el convento de San Pablo bajo la advocación de la Orden de Predicadores, pero su devoción unida a su gran poder fue más allá, el príncipe de Villena trasladó los restos de la Beata Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán hasta Peñafiel, allí reposan junto a los suyos.

Quizás sea uno de los valores histórico y religioso que menos se conozca de Peñafiel, y cosas del destino, lo que le dio la fama a la Beata Juana de Aza es lo mismo que ahora le quita ese protagonismo: el vino.
Cuenta la tradición que doña Juana muy dada a ayudar a las gentes de su señorío en tierras de Caleruega, encontrándose su marido ausente por estar en la guerra, vació todas las cubas de vino de la bodega familiar para dárselo a los pobres. Cuando su marido volvió de la guerra ella rezó a Dios y las cubas aparecieron llenas de nuevo…, son ahora esas cubas llenas de ricos caldos, uno de los mayores reclamos turísticos de Peñafiel, lo que hace que pocos sepan que los restos de la Beata Juana de Aza, madre de uno de los santos más relevantes del cristianismo descansan en “la peña más fiel”.
En muchos de estos hechos tuvieron participación los Contreras, como descendientes también de la casa de Lara, seguidores de la Orden de dominicos como pocos, además de ser parientes de Santo Domingo de Guzmán. Fue en su casa donde residió el santo cuando visitó Segovia. Los Contreras de Fuentepiñel dejaron en la iglesia del pueblo constancia de esa devoción a los dominicos, con imágenes en su altar mayor de los santos más importantes de su Orden y mucho de sus símbolos.

Os recomiendo la próxima vez que visitéis Peñafiel que os dejéis llevar por su historia. 
En la iglesia de San Pablo podremos ver el sepulcro de don Juan Manuel, personaje muy ligado a los destinos de Fuentidueña…, los restos de la Beata Juana de Aza, quien fuera madre de Santo Domingo de Guzmán, pariente de los Contreras, enterrada a solo 30 kilómetros de distancia del pueblo, por donde seguramente pasaron muchos de los peregrinos cuando se dirigían a Peñafiel  para visitar el sepulcro de la santa como se hacía hace siglos.

Perderos por sus calles, pensando, que allí residió la reina Blanca de Navarra devota de Santa Brígida de Irlanda, una santa poco conocida y que aun se venera en Fuentepiñel al igual que lo hacen en Olite…, quizás veamos alguna inscripción como la de la foto y sepamos al leerla, que allí nació Carlos de Viana, aunque se crío en Olite, que era hijo de doña Blanca y de quien llegaría a ser Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico…, pensemos que estas grandes personalidades de la historia pasaron por nuestro pueblo en su camino hacia Peñafiel.
Quizás en vuestra imaginación podáis oír por sus calles el paso de los caballos de los señores llegando a sus hogares, esas casas hidalgas que aun se conservan y de las que muchas veces ni nos fijamos…, callejeando mientras evocamos tiempos pasados, quizás también nos topemos con una inscripción sobre los hombres de Peñafiel que participaron en la conquista de Perú en el siglo XVI, años en que el suegro de “nuestro” Rodrigo de Contreras y de la Hoz, y el propio Rodrigo, gobernaban esas tierras..., nos sorprenderá la historia tan cercana de Peñafiel y Fuentepiñel. 

Agradezco la colaboración de Inés de la oficina de turismo de Peñafiel por la información aportada.

Nota: La visita continuo a Cogeces del Monte, pero por su interés he decidido publicarla en una entrada individual. Informaros que se retoma la sección "Nuestras Gentes", donde lo dejamos la última vez, con la prometida entrevista a Candido Nuñez. Continuaremos con la misma dinámica, anunciando quien será el próximo entrevistado.

1 comentario:

Maggra dijo...

Me ha encantado prima... Deseando estoy de volver a Peñafiel :)