domingo, 5 de octubre de 2008

Segovianos Ilustres.


Agapito Marazuela Albornos: (Valverde del Majano), Segovia 1891-1983.
Fue un folclorista, musicólogo y destacado dulzainero. Se dedicó durante toda su vida a recopilar la tradición musical castellana, amenazada de extinción (tonadas y romances populares, melodías para tamboril y dulzaina). Postuló el origen berberisco de la música castellana. A los catorce años se ganaba ya la vida como dulzainero, y ésta fue su profesión durante las dos primeras décadas del siglo XX.
Fue también un destacado guitarrista. En 1932 ingresó en el PCE. Ese mismo año publicó una de sus obras más importantes, Cancionero de Castilla la Vieja. Cuatro años después, las Juventudes Socialistas Unificadas le encargaron seleccionar los grupos folclóricos que actuarían en la Olimpiada de Barcelona de 1936 (la "Olimpiada roja"). Al iniciarse la guerra civil española, escapó de Salamanca a Madrid, donde pasó casi todo el tiempo que duró la contienda. Pasó gran parte de la posguerra en la cárcel. En 1964 publicó su Cancionero segoviano.
Fundó una escuela de dulzaina en Segovia. En su memoria se concede anualmente en Segovia el Premio Nacional de Folclore "Agapito Marazuela".



Pedro Delgado Robledo: Ciclista (nacido el 15 de abril de 1960 en Segovia), también conocido por el sobrenombre de Perico Delgado, ganador de una edición del Tour de Francia(1988) y de dos de la Vuelta Ciclista a España.
Forjó su carrera como ciclista de elite a las órdenes de José Miguel Echávarri y Eusebio Unzué, que prepararon también, entre otros, a Miguel Induráin.
Corredor genial e irregular, fue el gran precursor del estallido del ciclismo español en la década de 1990. La primera gran victoria de Delgado llegó en la Vuelta a España de 1985, triunfo que repitió en la edición de 1989. Pero su prestigio internacional se cimentó sobre todo en sus actuaciones en el Tour de Francia. Delgado participó por vez primera en la ronda francesa en 1983, revelándose como un buen escalador y un corredor de extraordinaria valentía en los descensos. Llegó a ocupar el segundo puesto en la general el año de su presentación, pero un desfallecimiento acabó con sus posibilidades. En 1984 abandonó tras fracturarse la clavícula en un descenso, cuando ocupaba el quinto puesto de la general, y en 1986, en idéntica situación, se bajó de la bicicleta al conocer el fallecimiento de su madre. En 1987 protagonizó un duelo épico frente a Sthepen Roche, que se saldó con la victoria del irlandés por 40 segundos de diferencia en la clasificación general final. Su gran victoria se produjo al año siguiente, al acabar con más de siete minutos de ventaja sobre el segundo clasificado, el holandés Stephen Rooks, y casi diez sobre el colombiano Fabio Parra.
En 1989 protagonizó una anécdota sin precedentes en la historia del Tour: se perdió y llegó tarde a la salida de la etapa prólogo, en Luxemburgo, por lo que inició su defensa del maillot amarillo desde la última posición, con una desventaja casi insalvable. Pese a ello, acabó en tercera posición de la general, por detrás del estadounidense Greng Lemond y del francés Laurent Fignon.
A su sombra se forjó Induráin, del que Delgado acabaría por ser gregario de lujo. Tras su retirada pasó a ejercer como comentarista de las grandes vueltas ciclistas por etapas en radio y televisión. En 2002 recibió la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo.


Juan Bravo: pertenecía a la baja nobleza y nació en Atienza, dónde su padre, Gonzalo Ortega Bravo de Laguna, era alcaide de la fortaleza. Su madre, María de Mendoza, era hija del conde de Monteagudo (por tanto, Juan Bravo era primo de María Pacheco, la esposa de Juan de Padilla). Mediante su matrimonio en 1504, con Catalina del Río, pasa a formar parte del patriciado urbano de la ciudad de Segovia, a donde se traslada a vivir. Tuvieron una hija, que tomó el nombre de María de Mendoza (en aquella época se podía elegir y mantener el del padre, el de la madre o el de un antepasado de mayor rango).
Habiendo quedado viudo, en 1510 contrajo segundas nupcias con María Coronel, hija de Abraham Senior, regidor de Segovia y rico converso. De este segundo matrimonio nacieron dos hijos, Andrea Bravo de Mendoza y Juan Bravo de Mendoza. En octubre de 1519 fue designado regidor y jefe de las milicias de Segovia. Al conocerse la concesión del servicio al rey Carlos en las Cortes de La Coruña y su marcha a Alemania (29 de mayo de 1520), dirigió una revuelta contra el procurador en cortes Rodrigo de Tordesillas, que fue ahorcado. Los sublevados se hicieron con la ciudad y Juan Bravo organiza militarmente la ciudad y dirige las operaciones que impiden la entrada en Segovia de las tropas realistas de Rodrigo Ronquillo, enviadas por el cardenal Adriano de Utrecht, regente del rey. Sin embargo, fuerzas realistas se hicieron fuertes en el Alcázar de Segovia y allí permanecieron hasta el final de la revuelta comunera.
Bravo se encargó de mantener relaciones con el resto de ciudades sublevadas y acudió a Tordesillas a parlamentar con la reina Juana para recabar su apoyo (que no consiguió). Conquistó Zaratán y Simancas en 1521, mientras que Juan de Padilla entraba en Torrelobatón el 25 de febrero. A continuación, juntó sus fuerzas con las de la Junta de Comuneros de Valladolid, sin poder evitar la derrota ante las tropas reales en la batalla de Villalar (23 de abril de 1521).
Hecho prisionero, fue decapitado junto a Juan de Padilla y Francisco Maldonado en Villalar el día 24 de abril de 1521. Cuando su cuerpo fue trasladado a Segovia, las autoridades reales tuvieron que sofocar con dificultad un gran tumulto de indignación.

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